Quienes llegaron al Taller de Confección de Máscaras debieron terminar bien las que ya habían empezado y que les faltaba algún detalle, otros confeccionaron nuevas, la idea es que nadie se quedara sin algo que presentar cuando la ocasión lo amerite. Como ha sido un día de mucho calor, es que los participantes decidieron jugar a mojarse, lo que genera gran jolgorio, y que a mí me encanta. Al final todos quedamos un poco mojados, pero contentos.
Cuando los niños y niñas partieron a almorzar, fue el momento en que Petra se dedicó a fotografiar la maravillosa colección de máscaras que han creado los y las participantes. Es sorprendente la imaginación, la creatividad y el entusiasmo que pone cada personita en su obra, hasta los que creen que no tienen dedos para ese piano. Esa es nuestra tarea: animar y dar confianza a quienes llegan hasta la Biblioteca para acortar este caluroso verano.
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