Laura Matus Meléndez, Maestra Doñihuana destacada

A propósito de una pregunta dejada en nuestro blog, y que está relacionada con la Profesora Laura Matus, es que decidimos hacer una mini investigación, atendiendo a que la Escuela que nos alberga como Biblioteca Pública, lleva tal nombre. El documento que hemos extractado se encuentra en propiedad de la Escuela Laura Matus.

Doña Laura Matus Meléndez, nació en Curicó el 14 de febrero de 1909. Hija de Don Francisco Javier Matus y de Doña Emilia Meléndez. Para tener una mirada más acabado de su vida y obra, es que nos permitimos transcribir parte del discurso que leyera su hermano, Coronel (R) Sergio Matus Meléndez, en el acto en que se confiere a la Escuela E-66 (por medio del Decreto 175 del 4 de agosto de 1987), el nombre de la Maestra.

"Quisiera en esta hermosa oportunidad darles a conocer a ustedes, algunos aspectos de la personalidad de esta distinguida maestra. Como ustedes fue también una niña, la mayo de ocho hermanos. Una amante de sus padres, respetuosa y cariñosa. Una alumna destacada en su colegio. En el Liceo de Niñas de Curicó, su tierra natal, siempre ocupó los primeros lugares de su curso, gracias a su aplicación e interés en el estudio. Allí terminó sus humanidades y pasó a SAntiago a la Escuela Normal Santa Teresa, desde donde egresa dos años más tarde.

"Llega a Doñihue en el año 1932, trayendo solamente su rico caudal de esperanzas e ilusiones; su anhelo de trabajo paracumplir honrosamente con su deber, y su deseo ardiente de ejercer su profesión de maestra acentuada en en su vocación profunda y auténtica. Porque la vocación está en el fondo del espíritu de la vida humana e imprime a todas nuestras acciones un sello característico y personal. AL ser fieles a nuestra vocación, somos, según Ortega y Gasset, fieles a nuestra propia vida.

"Y este era todo su bagaje. Seguramente cuando la vine a instalar a Doñihue, como toda pesona que se incorpora a un lugar desconocido, tuvo algún temor que fue disipado de inmediato, pues fue acogida con un cariño y un afecto muy grandes - muy característicos de la gente de esta hermosa tierra - y le fueron solucionados todos sus problemas. Recuerdo a la Señora Amanda MAchado , Directora de una de las escuelas, y aun grupo de profesoras jóvenes, que la acogieron con verdadero afecto solidario. Así llegó a Doñihue Laura AMtus con sus 20 años y su anhelo de servir a través de su apostolado verdadero por la enseñanza y educación del niño en sus primeros pasos hacia la formación integral, pues pensaba que "el problema de la educación es el problema del destino del hombre, de su destino en la naturaleza, de su destino en la sociedad, de su destino en el espíritu." Decía, además, que la educación, como toda actividad del orden de la cultura, ha de tener necesariamente una finalidad, que no puede ser otra que una finalidad humanizadora. La educación es un servicio al hombre, a completar en él los mejores sentimientos, las mejores disposiciones de integración, en las más óptimas condiciones posibles para que pueda contribuir a organizar, a crear, a construir, la mejor sociedad con sus semejantes. La educación busca formar a un hombre feliz, pleno y a la construcción de una sociedad, una patria, una nación, más justa, solidaria y fraternal.

"Y aquí quedó anclada Laura Matus, identificándose con este terruño. Lentamente va ampliándose el círculo de sus relaciones y muchas personas que la conocieron, la estimaron y apreciaron, por sus cualidades de bondad, por su caracter reposado y justo, por su tranquila sabiduría que irradiaba por doquier. Doñihue pasa a ser para ella su propio pueblo. Aquí contrajo matrimonio con un hijo ilustre de esta tierra: Guillermo Valenzuela Cornejo, el 19 de mayo de 1934... En Doñihue nacen sus hijos Sonia, Guillermo y Jorge, que conforman la felicidad de su vida. Su hogar siempre mantuvo sus puertas abiertas para los amigos y parientes a quienes recibían con los brazos abiertos para brindarles en abundancia el cariño y afectos en forma increibles. Pero una desgracia viene a perturbar su existencia . Su hijo Guillermo, oficial de la Fuerza Aérea de Chile, muere trágicamente en actos de servicio. Doñihue lo distingue designando con su nombre una de sus principales calles. Jamás pudo conformarse por tan irreparable pérdida. No obstante, siguió trabajando y cumpliendo con su deber como lo había hehco siempre, agregando a sus obligacuiones, entre otras, las de voluntaria de la Cruz Roja, Institución que contribuye a fundar en esta localidad y de la cual pasa a ser primero una destacada voluntaria, su vice presidenta y su Presidenta, distinguiéndose por su abnegación y celo, fervor y constancia en el cumplimiento de su deber. Su dolor era sólo de ella. No lo compartía con nadie más que con su marido y sus hijos.

"Puede decirse de ella que, sin ostentaciones cumplió siempre con sus obligaciones contraídas y por esta causa, puede ser considerada con toda justicia, merecedora de trascender en esta vida junto a los seres privilegiados que eternizan su nombre como resultado de su obra fecunda y generosa en bien de sus semejantes, de su pueblo, de su comunidad y de la humanidad."